18/11/09
Fuente: La Nación | Sabrina Cuculiansky.
Hombre fuerte de la industria, dice que a los argentinos nos falta cuestionar el vino.
Ricardo Santos lleva a Norton en su sangre: fue propietario e hijo del fundador, Manuel Santos, hasta que la vendió para abrirse de la industria. Pero no pudo con su naturaleza y poco después plantó una finca de Malbec “Fue más fuerte que yo. Cuando vendimos Norton dije que no me iba a meter más con vinos, a no ser que fuera para tomarlos. Pero a los dos años ya estaba trabajando en un viñedo propio”, recuerda. Así, creó la única bodega que incluye en su nombre el varietal argentino más reconocido -El Malbec de Ricardo Santos-, del que es su más empedernido defensor. Hasta en su tarjeta se presenta como productor de Malbec. “Es muy difícil mantener el estilo para hacer el mismo Malbec año tras año. Tanto es así que en 2004 no lo elaboramos, porque el clima caluroso lo impidió.”
Fuera de su variedad insignia, un notable Semillón se destaca dentro de la producción de RS. Una variedad blanca, poco elaborada actualmente, pero muy equilibrada en cuerpo, fruta y acidez, que la vuelve ideal para acompañar las comidas, porque no es tan aromática como un Sauvignon Blanc o un Torrontés. Foto: Santos. Primer defensor del Malbec nacional.
-¿Cómo ve al consumidor local?
-Creo que los veinte millones de yanquis que toman vino saben más del tema que cualquier argentino que se jacta porque tomaba el padre. Como el estadounidense no tiene tradición, cuestiona todo, y por eso tuvieron esa gran revolución del vino. Nosotros siempre tuvimos tradición, pero nunca cuestionamos mucho.
-¿Cuál es el mejor momento para un Malbec?
-Desde que uno se despierta hasta que se duerme.
-Si no hiciera Malbec, ¿qué uva le gustaría elaborar?
-Alguna del norte de Italia.
-¿Cuál es el futuro de esta cepa?
-Es responsabilidad de los malbequeros argentinos que siga en permanente crecimiento.
-¿Cómo define un buen vino?
-Uno en el que el sabor de la uva no esté escondido.
-¿Tres características de Ricardo Santos y su vino?
-No somos ni complicados, ni serios ni feos.
